Tercer capítulo ya y a punto
de llegar al ecuador de la serie. En éste capítulo la trama vuelve a centrarse
en el plan para investigar si Oswald fue el que atentó contra el general unos
meses antes de hacerlo contra Kennedy.
Lo primero que llama la
atención es que el chico que le amenazó con un cuchillo acaba por creer su
historia, y no sólo eso, también decide unirse a Jake para evitar el asesinato
de JFK. Hay que entender que es un chico que no ha tenido nunca nada, al que
pegaban y que enseguida se suma al ver una meta mayor que él mismo. Hubiera
sido carne del ejército.
La idea es esperar a que
llegue Oswald de Rusia y espiarlo entonces. Lo curioso es que tiene que esperar
dos años antes de que eso suceda, así que encuentra un trabajo como profesor y
se forma una vida a la espera. Éste tiempo es realmente interesante, ya que
vemos un elemento que había pasado de largo hasta el momento: el evidente
racismo imperante en el país (y en esas zonas más). Esto se ejemplifica en la
figura de la secretaria del instituto, una mujer negra a la que incluso niegan
gasolina cuando su coche se queda tirado. Por suerte Jake es buena gente (y de
otra época) saliendo en defensa de la mujer y creando algunas situaciones
curiosas.
Dentro de ésta vida a la
espera entra también una chica, el interés romántico de la serie. Me sorprende
que se añada éste elemento, siempre bienvenido, y más que cobre la importancia
que parece tendrá en futuros capítulos. La química entre los personajes es
evidente, el personaje de ella es potente y tiene las ideas claras, así que
tengo ganas de ver cómo se desarrolla.
Pero Jake sigue teniendo una
misión, le vemos esperando la llegada de Oswald al EEUU (con mujer e hijo y
siendo esperado por su madre y hermano). Le vemos alquilando el piso de
enfrente. Incluso le vemos entrando en casa de Oswald para colocar micros. Es
una labor de espionaje que lo único que nos demuestra que Oswald parece un tipo
bastante normal con una mujer rusa.
Hasta que aparece otro
personaje: un agente de la CIA que habla con Oswald (en Ruso) y parece estar
empujándola para algo; incluso le lleva a un mitin del general contra el que
supuestamente atentará para que se encabrone y acabe por amenazar de muerte a
dicho general.
Me ha gustado. Es cierto que
tiene un ritmo más lento, pero me encanta ver cómo el protagonista tiene que
adaptarse a la época, pasando un tiempo en la misma y haciéndose un hueco en la
sociedad. Y me gusta mucho la relación que tiene con el chico que le ayuda (un
tipo bastante estúpido, por cierto).
El tratamiento de Oswald es
otro punto a favor. Aquí le muestran como alguien bastante normal con el que es
incluso fácil de empatizar en algunos momentos. Un exmarine que desertó pero
que intenta tener una vida con su mujer e hijo.
Es curioso el tratamiento que
tiene la serie, no tiene prisa por mostrarnos nada, incluso diría que es más
importante para ella la vida “civil” del protagonista, aunque éste siga con su
objetivo en mente. La verdad es que me pongo en su piel y se me hace difícil
pensar que podría estar tanto tiempo concentrado, en mi caso me dejaría llevar
y seguiría viviendo allí.
No os doy más la paliza y os emplazo
a mañana, que comentaremos el cuarto capítulo de la serie.
Valoración en Followmytv: 7.6.
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